Triángulo del Café: tierra que cultiva el sabor de Colombia
El Triángulo del Café seduce a los viajeros por el aroma de sus cafetales y el encanto de los paisajes / Foto: Carlos Sueskún.
El Triángulo del Café es una región próspera y generosa que seduce a los viajeros por el aroma de sus cafetales y el encanto de los paisajes.
Majestuosos caminos, trabajadores consagrados y un infinito horizonte verde son las bondades de esta tierra que evoca la magia de la naturaleza y la hospitalidad de sus habitantes.
Encanto de la cultura cafetera
Los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda conforman el Triángulo del Café, llamado así porque en este territorio de Colombia se cultiva el mejor café del mundo.
Del carácter modesto, trabajador e impetuoso de arrieros paisas, que aprovecharon la generosidad de sus montañas, resultó una casta de hombres y mujeres creadores de la cultura cafetera, extendida hoy por los tres departamentos.
Por los caminos del Triángulo del Café se encuentran hermosas construcciones, parques temáticos, campos de golf, extensos cultivos de café y parajes irrepetibles surcados por Palmas de Cera en donde es posible practicar deportes extremos y realizar caminatas ecológicas.La región es considerada el primer destino rural de América Latina, debido a la adaptación de sus haciendas y casonastradicionales en alojamientos turísticos, donde es posible vivir una experiencia única y maravillosa.
Para comprender los secretos de la cultura cafetera, es necesario recorrer esta región, experimentar la diversidad de climas, visitar sus hermosos paisajes y descubrir un pueblo campesino, encantador y laborioso.
El regalo de la tierra
Conocer de cerca el proceso de cultivo y producción del café colombiano es una experiencia fascinante.
Al recorrer las plantaciones es posible escuchar el canto de los recolectores que nace entre la espesa hierba para convertirse en la voz de la montaña.
Estas melodías recuerdan el trabajo y dedicación que entraña una taza de café. Manos trabajadoras e incansables que escogen los mejores frutos y los convierten en una de las bebidas más populares del mundo.
En medio de suaves colinas cubiertas de cafetales se oculta un paraíso de placeres insospechados.
Con abnegación y amor se prepara la tierra en donde germinan las semillas que, después de unos meses, se convierten en chapolas -dos primeras y únicas hojas redondas de la planta de café-.
De esta manera nace una historia que ya es tradición en esta tierra de aromas y sabor. Un noble oficio que encarna la pasión por el café y por la cultura colombiana.